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Tarjetas de crédito

¿Hay alguna diferencia entre una tarjeta de crédito y de débito?

Mucha gente confunde los términos “crédito” y “débito”, llamando “tarjeta de crédito” a cualquier tipo de tarjeta, pero realmente no son lo mismo. ¿Sabrías explicar la diferencia entre estos dos tipos de tarjetas? Si no es así, no te preocupes – te lo vamos a explicar a continuación, junto con las ventajas de cada tipo de tarjeta.

Tarjetas de débito

Como acabamos de mencionar, la mayoría de gente usa indistintamente el término “tarjeta de crédito” para cualquier tipo de tarjeta, pero no es del todo correcto. Las tarjeta de débito son las tarjetas más comunes – las primeras que el banco nos proporciona. Con una tarjeta de débito solo usas el dinero que tienes disponible en tu cuenta bancaria – por lo tanto, si no te queda más dinero en la cuenta no podrás efectuar un pago con este tipo de tarjetas y te rechazarán la transacción.
Por lo tanto, tu tarjeta de débito está totalmente ligada a tu cuenta bancaria, por lo tanto es tu banco el único que te puede proporcionar este tipo de tarjetas.

Tarjetas de crédito

En cambio, una tarjeta de crédito te permite usar el dinero que necesites hasta una cantidad máxima, sin necesidad de disponer del dinero en tu cuenta en ese momento. Por lo tanto, puedes comprar “a crédito” y devolver el dinero que te han prestado más tarde. Hay varias maneras de utilizar una tarjeta de crédito:

  1. Pagar al siguiente mes lo que hayas comprado a crédito: la forma más común de usar una tarjeta de crédito. En pocas palabras quiere decir que puedes usar tu tarjeta cuanto quieras un mes (hasta el límite que te hayan concedido, por supuesto) y pagar de una sola vez esa cantidad al mes siguiente. De esta manera no tendrás que pagar ningún tipo de interés por tu crédito.
  2. Devolver poco a poco tu crédito: también puedes usar tu tarjeta de crédito prácticamente como un préstamo – compras algo y lo devuelves poco a poco durante los siguientes meses. Puedes decidir si quieres devolverlo con una cuota fija o si cada mes devolverás lo que puedas. De todas maneras tendrás que pagar intereses por la cantidad de dinero que te falte por devolver – en otras palabras: que tengas a crédito.

Como ves, usar una tarjeta de crédito puede ser una buena alternativa a solicitar un préstamo, ya que puedes decidir tú mismo cuánto dinero necesitas a crédito, devolverlo poco a poco y después seguir usando tu crédito de nuevo cuando lo necesites.

Tipos de tarjetas de crédito

Normalmente en España se suelen utilizar dos tipos de tarjetas de crédito: las MasterCard y las Visa. Con ellas puedes pagar prácticamente en la totalidad de los establecimientos que ofrecen pago por tarjeta. Además, son los dos tipos de tarjeta más habituales en la mayoría de países en el extranjero, así que normalmente no tendrás problemas a la hora de pagar o de sacar dinero con ellas cuando estés en otro país.

Las tarjetas de crédito pueden proporcionarte otros beneficios

Cada tarjeta tiene sus ventajas. Muchas compañías ofrecen sus propias tarjetas y te ofrecen ventajas cada vez que las utilices de cierta manera. Por ejemplo, compañías de viajes o gasolineras ofrecen sus propias tarjetas para que como cliente, cada vez que compres un viaje o llenes el depósito de tu coche consigas puntos o te hagan de alguna manera algún descuento.
Además, algunos tipos de tarjetas Visa o MasterCard te ofrecen un excelente seguro de viaje si compras todos los billetes de avión, hoteles, coches de alquiler, etc con la tarjeta. Te aconsejamos que eches un buen vistazo a las condiciones de cada tarjeta para que puedas sacarles el máximo partido.

Cómo conseguir una buena tarjeta con un buen interés

Como ya hemos mencionado, puedes conseguir tarjetas de crédito de muchas maneras, no tan solo de tu banco habitual. Muchas de nuestras entidades prestamistas colaboradoras te ofrecen las suyas propias. Lo más importante a la hora de escoger tu tarjeta es que te fijes en las condiciones de devolución que esa tarjeta tiene, por ejemplo el tipo de interés que te ofrece. Además, también sería interesante que escogieras una tarjeta que te ofrezca condiciones y ventajas interesantes para ti. Como ya hemos comentado, si te gusta viajar, ¿por qué no solicitar una tarjeta de crédito de una compañía de viajes o aérea? Si en cambio tienes que repostar a menudo porque usas mucho el coche, quizás una tarjeta de una gasolinera te convenga más.

Tus tarjetas de crédito siempre están bien aseguradas

A mucha gente le da miedo que le roben la tarjeta o que se la clonen por internet y que alguien empiece a utilizar su dinero de forma fraudulenta. Pero no tienes de qué preocuparte: la gran mayoría de tarjetas de crédito están totalmente aseguradas, para que tu dinero esté siempre bien protegido. De esta manera podrás usarlas para hacer tus compras por internet con todas las garantías.

Es importante que uses tu crédito con cabeza

Bien utilizada una tarjeta de crédito puede ser una herramienta muy efectiva a la hora de mantener una economía sana, pero es importante que uses tu crédito con cabeza. Mucha gente pierde la noción de cuánto lleva gastado con la tarjeta cada mes y después pueden tener una sorpresa muy desagradable, ya que es fácil endeudarse demasiado sin darse ni cuenta.
Recuerda que todo el dinero que uses a crédito lo tendrás que devolver tarde o temprano, y que si no lo puedes devolver de una vez al mes siguiente, tendrás que empezar a pagar intereses por ese dinero.
Así que tu tarjeta de crédito puede ser tu mejor amiga o puede convertirse en tu peor enemigo – solo tú decides cómo usarla. Úsala con responsabilidad y consigue más flexibilidad con tu dinero.

¿Qué pasaría si no pudiese devolver mi préstamo a tiempo?

Muchos se preguntan qué pasaría en caso de no poder devolver el préstamo a tiempo. Las consecuencias de un impago varían según el préstamo, pero seguramente acabarías pagando una serie de recargos e intereses adicionales, aunque en caso extremo podrías acabar en un registro de morosos o inlcuso en los tribunales. Esto te dificultaría mucho el poder volver a solicitar un préstamo en el futuro, así que puede tener consecuencias directas para tu economía. Por lo tanto, es muy importante que antes de firmar un préstamo primero consideres si estás seguro de poder devolverlo a tiempo. Si no lo estás, solicitar un préstamo seguramente no sea la mejor decisión.
En caso de que ya tengas un préstamo, pero no puedas pagar una cuota por cualquier motivo, es una buena idea contactar directamente con la atención al cliente de la entidad prestamista con la que tengas el préstamo. De seguro ellos te ayudarán a encontrar una buena solución o incluso llegar a otro acuerdo, como por ejemplo pagar un importe menor en las próximas cuotas pero aumentando el plazo de devolución. Sin embargo debes de tener en cuenta que el importe acumulado que pagarás por tu préstamo probablemente acabe siendo mayor del que acordaste originalmente. De todas maneras, es más recomendable solicitar una prórroga que hacer un impago.

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